Último
día con el polo verde
Hoy es el último día de prácticas, y tengo que reconocer que
se me han hecho demasiado cortas y que me da mucha pena acabar. Y que para lo
cortas que han sido creo que he aprendido mucho.
Es el último día que me pongo el polo verde del uniforme y
el último día que voy a ver a mis compañeras. Y también el último día en tratar
con los clientes: con los habituales, con los desagradables y con los que son
un amor. Mi último check in, mi última contestación telefónica, mi última
reserva…
Echaré de menos a esos clientes que bajan ochocientas veces
a pedir el Wi-Fi para al final acabar conectándolo yo. A esos que llegan con
una sonrisa, a esos que son pacientes cuando mi inexperiencia me impide ser
rápida en algunas ocasiones. A esos clientes que son agradecidos. Pero fíjate,
que también voy a echar de menos a esos que exigen que les de habitación con
vistas al mar aunque ya le haya explicado tantas veces que es bajo
disponibilidad a la llegada. Y también voy a echar de menos sentirme
identificada con esas escenas que representamos en El Gran Teatro el último día
del curso de Recepción del CDT. Llamar a “Mariano” porque un cliente tiene una
avería en la habitación. Lidiar con clientes difíciles. Voy a echar de menos
ese sentimiento de satisfacción de haber hecho las cosas bien, e incluso los
micro infartos al pensar que la he cagado y efectivamente así había sido.
Y si hay algo de lo que estoy verdaderamente agradecida,
entre otras muchas cosas, es de lo a gusto que he estado este mes en el hotel,
pues me han hecho sentir como una más, y del empeño que han puesto mis
compañeras en enseñarme las tareas de la recepción cada día y en cada turno.
Me hubiera gustado muchísimo continuar en el hotel, ya sea
de prácticas o con un contrato. Pero, independientemente de eso, acabo mis
prácticas y me voy del hotel muy, muy, muy, muy contenta, y con la sensación de
que esto es lo que me gusta y esto es lo que quiero hacer, aunque me queden
muchas cosas por aprender de este apasionante mundo que es la Recepción de un
Hotel.
Espero que mis compañeros hayan disfrutado de las prácticas
tanto como yo, que hayan aprendido muchísimo, y que los hayan tratado tan bien
como a mí. Que acaben sus prácticas como yo: con esta sensación agridulce.
Contentos por haber aprendido, por haber estado a gusto, por descubrir que esto
es lo que les gusta. Pero tristes porque esto ya se acaba y es el último día
que van a estar ahí al pie del cañón, tras la recepción. Cogiendo el teléfono,
atendiendo clientes, pasando partes, checkineando y checkouteando…
Chicos, he aquí mi última entrada. Las últimas líneas.
Ha sido un auténtico placer.